Me coloque delante de la puerta de mi nueva habitación y suspire, ya era teniente, mi gran aspiración había sido cumplida. Cogí con mi mano izquierda el picaporte y con la derecha introducí la llave en la ranura. Todo esto con una lentitud y nerviosismo extremos, gire la llave y después el picaporte quedando la puerta abierta. La empuje levemente y observe el interior del cuarto mientras la cerraba tras de mí.
Era una estancia bastante grande, tenía una cama matrimonial de sabanas oscuras tono purpura, una estantería rustica, justo al lado de esta se encontraba un pequeño escritorio con una luz de sobremesa no demasiado grande, una puerta que parecía dar al baño y un pequeño balcón con una silla y una mesa de plástico blancas ennegrecidas por el paso del tiempo. Sonreí.
Es perfecta para mí
dije suavemente con mi dulce voz de campanillas, con tono tierno y nostálgico. Entonces puse una divertida mueca de asco al recordar lo que me gustaba pasar la tarde sentada en la terraza y que ahora debería limpiarlas a fondo antes. Suspire de nuevo y remangue las mangas de mi uniforme, fruncí ligeramente el ceño y me dirigí al baño con paso firme. Al entrar pude comprobar que todo estaba en orden y que los productos de limpieza así como las bayetas estaban en la esquina derecha del pequeño cuarto.
Era bastante pequeño, las baldosas blancas y azul claro, en un extremo de la misma habitación había una pequeña bañera con ducha, tenía unas cortinas beige con pececitos amarillos. Me pareció soberanamente horrible así que desvié la vista hacia otro lado, mas hacia la izquierda había un pequeño retrete de color blanco y a su lado el lavamanos con un pequeño armarito encima, ya a la derecha, detrás de la puerta, se encontraban los productos de limpieza.
Los cogí decidida y fui hacia la puerta corrediza de cristal, la deslice hacia el lado opuesto y entre en la pequeña terraza.
Era lo suficientemente grande como para que la mesita y un par de sillas pudieran estar allí perfectamente, unas cuantas macetas trasladadas de mi antiguo apartamento colgaban de las paredes y la baranda.
Mire a los muebles sucios que estaban ante mí con una ceja alzada.
si creéis realmente que podréis conmigo lo lleváis muy claro
Reí ligeramente por mi comentario y me agache para comenzar a limpiarlos