Habitación de Ellery

Es una gran estancia, el suelo es de mármol de un blanco resplandeciente, las paredes son blancas, a excepción de una que es negra, en la cual hay un sofá a tres piezas, parecido a un diván, de color fucsia, frente al sofá, hay una mesa de color negro con varios sobres giratorios, que le dan la posibilidad de agrandar la mesa.

La cama está en contra de una de las paredes, tiene forma ovalada y es de color verde lima -incluyendo sus sábanas-, en el cual del encabezado nacen unas extrañas figuras lineales de forja negra formando un mural algo abstracto, que ocupa toda la pared. También tiene un armario con puertas correderas de cristal lacado blanco con aspas de madera.

En la habitación hay varías estanterías de madera oscura y cubículos en blanco, con algunos libros -la mayoría de cocina y relatos de fantasía-, e imágenes de platos de suculentos platos de comida, accesorios de lo más estramboticos, ostentosos y brillantes, decenas de cuernos de Adjuchas, máscaras de Hollow entre otras cosas. La iluminación de esa parte de la habitación son unas lámparas que hay repartidas estrategicamente por el dormitorio, con forma de seta, que desprenden una luz suave.

Hay unas puertas correderas hechas de Shôji con forma circular, que dan al baño de Ellery, esta hecho por completo de mármol negro, a excepción del lavamanos y la bañera. Sobre el lavabo se encuentran varios espejos grandes, que distorsionan la figura que se refleja a excepción del que esta en medio. La bañera se encuentra en uno de los extremos, de una de las paredes que esta compuesta en si, por varios ventanales. La iluminación del baño se centra básicamente en la luz que entra por los ventanales que están tintados con diferentes colores, aunque dispone también de un sistema de luces tenues.

Sus parpados se abrieron de par en par, cuando creyó escuchar algo parecido a un rugido proveniente de su estomago, aquel sonido había sido producto de su mente, pero a eso nunca le daba la menor importancia, no recordaba haberse quedado dormida luego de haber salido de la bañera. Estiró los brazos fijando sus enormes ojos grises en el agujero que había en su mano izquierda. En los últimos días no había ocurrido nada interesante y lo único que había hecho fue reducir a cero todas las reservas de alimentos que tenía... Y ahora no le quedaba nada, ni diversión, ni comida.

Ladeó la cabeza, desde el sofá en el que estaba recostada tenía una clara visión de la entrada principal de su habitación, la espada la observaba con cierta intensidad, como si esperara que de alguna manera que alguien atravesara la puerta con la respuesta de como aplacar esa sensación de abatimiento, producida por los días aburridos y monótonos que habían transcurrido, que le había quitado incluso las ganas de hacer las cosas. Al pasar varios minutos en aquella posición, carraspeó mientras decidía que era hora de levantarse de ahí y hacer algo productivo.

Tocó durante un rato el mármol blanco del suelo con sus pies descalzos, buscando un punto estable en el suelo con el que poder ponerse de pie sin perder equilibrio, cuando lo hubo conseguido, terminó de vestirse con su estimado uniforme de Espada, solo que esa vez se calzó unas medias negras y unos zapatos de tipo escolar blancos. Con paso lento siguió caminando por la estancia en círculos, momento que aprovechó para tomar su zampakutoh, y atarsela a la cintura.

Se detuvo frente a la salida de su habitación, cuando sus dedos rozaron el pomo de la puerta, una diminuta sonrisa se dibujó en sus labios, que le animó a abrir la puerta y salir finalmente del dormitorio para poner fin a sus días de aburrido letargo.