La nueva amenaza, la aparición del Espada 0

Los pasillos de las noches tenían varias cosas en común, pero había una similitud muy importante: todos, de una u otra manera, comunicaban con el Pasillo Central, que no era otro que la entrada al Trono. Así pues un extraño individuo avanzaba por uno de esos pasillos, arrastrando su túnica por el suelo. Desde luego no parecía un ser que viviera dentro de Las Noches, salvo su zampakutoh, no llevaba ni máscara ni ropas Arrancar. El curioso personaje de pelo morado llegó hasta las puertas del Trono, dos grandes puertas algo carcomidas y con alguna telaraña, debido al desuso que habían tenido en los últimos años. Empujó una de las dos y el chirrido fantasmal que se produjo resonó por todo el complejo, puso un pie dentro de la enorme habitación.
La gran sala era bastante simple, un diseño cuadrado con varias gradas a los lados para los Arrancar, una mesa central para los Espada y finalmente, el objeto que le daba nomrbe: el Trono; que se situaba en el borde opuesto a las puertas. Los pasos del desconocido comenzaron a andar por el interior, miró y palpo las sillas de cada uno de los Espada hasta que finalmente se quedó parado frente al altar donde antaño se sentó el Señor de las Noches. Subió hasta la cima y quedó cara a cara con el Trono, lo tocó con su mano izquierda, estaba hecho de frío metal, al contrario que las sillas de los Espada, que eran de madera. Se retiró un paso hacia atras con su puño derecho cerrado y en alto.

-Ya no te necesitaremos...

Entonces el extraño descargó con fuerza su brazo contra el Trono, dejando sentir un temblor en toda la sala. El pilar donde estaba situado se resquebrajó y se partió en mil pedazos, provocando una gran humareda hasta que finalmente la gran silla cayó sobre los escombros y también se hizo parte de ellos. En medio de todo ese pequeño caos, el joven destructor apareció de entre el polvo y se situó junto a la mesa de los Espada, con las dos manos apoyadas en ella, esperando que los Arrancar de las Noches aparecieran en la sala a causa del estruendo.

Mientras recorria los pasillos de Las Noches, cerca de la antigua habitacion del trono puede percibir una precencia en dicha habitacion, a pesar de eso no le tome mucha importancia y continue con mi camino...
Luego de unos minutos un gran estruendo probino del viejo cuarto... extrañada corri hasta la entrada ya que no me encontraba muy lejos... Desde hay pude precensiar una humareda en la zona donde estaba el trono al despejarse me di cuenta que este habia sido destruido...

-Pero que rayos?! que esta sucediendo aqui....esta gran presion espiritual...¿que es?- Pense mientras me adentraba en la habitacion... al acercarme caminando lentamente hasta la mesa pude observar una borrosa sombra al fondo no distinguia muy bien quien era... aun asi no me inmute ante aquella presencia... continue caminando sin expresar emocion alguna en mi rostro y me sente en una de las sillas tranquilamente...

-Haber amigo porque tanto alboroto?...-

Shinji siente una gran presion en el trono y grandes liberaciones de reiatsu asi que no lo duda dos veces y se aparece directamente alli de un sonido.

Hoooolas mis amigos que diablos sucede aqui si se puede saber, Oh y me presento, Quinta espada, Shinji Ichimaru - Dice exhibiendo su macabra sonrisa.

Yami sonrio con gesto de satisfacción y se cruzo de brazos.
"Ya van llegando..."
Examinó a los 2 individuos que tenía delante, uno era el 5º Espada pero la mujer no había dicho su nombre. Comenzó a andar por la sala con mirándoles de arriba abajo. También eran Espada, sus hermanos...cientos de años de vagabundear por el desierto y al fin se había encontrado con los suyos. Dió una vuelta completa a la mesa y volvió a su posición original, con las manos apoyadas en ella.
-Soy Idaina Yami, el que os conducirá a la victoria contra los Shinigamis.
Hizo una mueca de asco cuando pronunció con deje su última palabra. Ahora junto al ejército de la Guardia de las Noches tenían la capacidad bélica suficiente para destruir por completo la Sociedad de Almas.

[OFF: Aún queda gente por llegar verdad?]

Finalmente había sido atraída hacia la antigua sala del Trono, quizás por el ruido que había escuchado hacía unos minutos, o quizás porque en poco tiempo en aquel lugar había aumentado el poder espiritual de tal manera que le costaba incluso recordar cuando había sido la última vez que había podido sentir tanto poder junto.

Al entrar en el recinto observó que el altar había sido destruido. Sin duda había hecho bien en salir de su habitación, sus ojos se posaron en los tres individuos que ahí se encontraban, recapacitando en la frase que el que tenía por nombre Idaina Yami había pronunciado. Entornó los ojos con aspecto aburrido, a la vez que entraba en el lugar con lentitud, seguían sin acordarse de la última vez que había entrado en aquel lugar.

-Entonces debería decir que es un honor conocer a nuestro... líder? -Comentó mientras hacía una reverencia exageradamente profunda, como las que solía hacer, dejando ver el número 6 que tenía gravado en uno de sus omóplatos, se sentó en una de las sillas que parecía algo más amplia que el resto, apoyando los pies en uno de los brazos del asiento y recostando su espalda en el otro. -Los que faltan por llegar deben tener un ligero problema de oído. -murmuró mientras sacaba una especie de barra energética y se la comía con el mismo aspecto distraído que con el que hablaba y hacía las cosas.

Entré en la sala a paso lento y pausado. Mis brazos se encontraban cruzados a la altura de mi pecho, escondiendo mis manos dentro de las mangas de mi gran túnica. Mi pelo negro se encontraba en estos momentos perfectamente liso, y tapaba mis ocuros ojos con sus mechones. El aura que emanaba mi persona en estos momentos era ampliamente agresiva e incluso podría decirse sanguinaria. Y sin embargo, mis pasaos mostraban una tranquilidad y una personalidad muy diferentes a lo que se sentía con mi reiatsu desatado. A mi paso, todo parecía sr diferente, los espadas de bajo nivel (Del espada cinco hasta el diez) sentían un poder muy similar al de un lugar en el que la gravedad fuera más poderosa de lo normal, y la atracción contra este mundo que era las Noches hubiera aumentado innombrablemente. Los demás espadas, sentirían una gran fuerza que les ata al suelo, pero mucho menos que los espadas mencionados con anterioridad.
Mis ojos, fríos, serenos, oscuros, sombríos... Observaron a todos y cada uno de los presentes en la sala, haciendo que estos sintieran un escalofrío ante mi oscura mirada... Hasta pararse en aquel que parecía proclamarse "Espada 0". Este no se inmutó lo más mínimo ante la mirada, e incluso parecía retarme con ella.

-¿Alguien me puede explicar en que momento se ha autonombrado señor de las nombres usted, espada Yami?

Mis pasos siguieron abanzando hasta encontrarse justo frente al espada.

-Que el antiguo señor del hueco mundo fuera un inepto, no significa que yo, su alumno, también lo sea. Quizá deberíais haber contado conmigo antes de tomar tal sobrenombre.

Mi fría mirada escrutaba cada una de las acciones de Yami, identificándole a el y a su forma de actuar. En su cuerpo no se mostraba la más mínima nota de pavor, por lo que supuse que su poder podría ser suficiente como para retarme cuando lo deseara... quizá incluso para vencerme... pero nunca se sabría si no lo hacía...


FDR: Okami me dio un tiempo de prueba como el nuevo señor del hueco mundo, aunque no esté en mi nombre de rango, si que se me puede identificar por el color.

Shinji pronuncia aun mas su sonrisa al ver que aparecian mas y mas sujetos, unos mas fuertes que otros, algunos mas fuertes incluso que el mismo, pero le encantaba que fueran tantos contra los Shinigamis, y sobre todo tan poderosos.

De un sonido veloz se acerca donde Johan y Yami.

Yare, yare que no haya problemas entre aliados, usted - Dice refiriendose a Yami - Es el espada 0 cierto?? por eso penso que era su tiempo de mandar, incluso yo lo hubiera aceptado, puesto que ninguno de nosotros sabia que el anterior Señor tubiera un aprendiz listo para guiarnos, ha sido un graaaan malentendido, que no haya problemas ee?? - Comenta mostrando una actitud un tanto arrogante.

Sin siquiera mirarle, y sin desviar la mirada de el espada 0, cuando el sujeto se coloca a nuestro lado, le agarro con fuerza de la cara logrando alzarle del suelo.

-No interfieras en este asunto, mosca molesta.

Tras mis frías palabras, con brusquedad, lancé el sujeto al que había agarrado hacia mi dercha, haciendo que se estampara contra un gran montón de escombros.

-No busco vuestro odio, ni tampoco una pelea, solo deseo que se me explique lo ocurrido con suficiente exactitud.

Ante los ojos del nuevo individuo Yami hizo un sonido bastante rápido para evitar que Shinji chocara contra los escombros. Miró friamente al que decía ser el nuevo Señor de las Noches. No le temía en absoluto, pero el poder que emanaba era muy similar al suyo.

-No vuelvas a tocar a mis Espada.

Lentamente se desenrrolló una venda que tenía en la muñeca, hasta dejarla caer al suelo. "0", eso es lo que había tatuado en ella, justo debajo de la palma de la mano.

-Has acertado. No se quien eres, pero deduzco que también odias a los shinigamis.

Una sonrisa cruel se dibujó en su rostro mientras volvía a tapar su número con las vendas y miraba a cada uno de los presentes para fijar su mirada de nuevo en el poderoso ser que había aparecido. Lo tendría controlado, pero podría sacar beneficio.

-Te propongo un pacto. Si eres quien dice ser, debes conocer la existencia de La Guardia de las Noches. Yo encabezaré a los Espada y tu serás quien dirija al temido ejército ¿Qué me dices?

No le tendió la mano, simplemente se quedó sonriendo, mirandole divertido. Si aceptaba la propuesta los shinigamis tendrían algo más a lo que temer; si no aceptaba...tendría que matarle. Sea como fuere un combate no favorecería a nadie.


[OFF: Supongo que aceptaras xD. Cuando estes a la cabeza de la Guardia de las Noches, puedes darles ordenes y yo posteare como los soldados del ejercito cumpliendolas; podrás dar ordenes hasta a los generales, pero no a los Sabios.]

-La guardia de las noches... Por dupurdto que soy conocedor de su existencia.

Cerré los ojos durante un segundo, al mismo tiempo, suspiré largamente y expulsé el aire.

-Esto sería una división de poder en las noches, espada, y una división así, podría acabar separando nuestras fuerzas de ataque y hacernos olvidar nuestro verdadero enemigo.-mis dientes se apretaron a cuasa de la ira al pronunciar el nombre referente a nuestros enemigos.-Los shinigamis.

Observé fijamente a el espada, mientras a mi volvía mi neutralidad emocional habitual.

-Debe haber alguna manera de que esto no ocurra... Pero si aún así crees que debería seguir como dices, mientras ambos luchemos contra los shinigamis uniendo nuestras fuerzas, aceptaré tu oferta, el dominio militar no es algo que me llame la atención extremadamente...

Shinji sale volando, pero es detenido por Yami.

Jeje parece que este sujeto no tiene ni una pizca de humor verdad?? que bueno que no sea enemigo nuestro Ja - Comenta riendo, luego ve el numero que este le mostraba - Yeahh lo sabia je, pues parece que ya tenemos algo en comun - El remueve las vendas que habian en su cabeza y no tenia un tatuaje, si no mas bien unas cicatrices que mostraban el numero 5 - Ambos cubiertos por vendas ja - Luego vuelve a ponerse las vendas - El maldito de mi padre no tenia tiempo para tatuarme y saco su zampakutoh je pero bueno eso es parte del pasado - Luego escucha lo de la guardia de las noches - Oo eso es algo nuevo verdad?? no habia oido nunca de eso.

Se mueve de un sonido para quedar a la vista de todos, y espera que alguien diga algo.

Al ver las acciones que se llevaron acabo dentro de la sala, sin inmutarme ni un poco me quede observando divertida...
-Jm... ya veo, si valio la pena venir... esto es bastante divertido....-

Luego me levante de mi silla... -Hey... con su permiso señores... se que no es de mi incumbencia pero si ya decidieron sus dominios, que tal si comenzamos a organizarnos para eliminar a esa escoria.... llamados shinigami...- Mientras decia esto con mi mano derecha alaba mi camisa del lado derecho dejando ver un dos tatuado sobre mi pecho derecho...

-Entonces les parece?...-

Observé tranquilamente a la espada que había hablado en la sala, desviando momentaneamente la vista del espada 0.

-No hay demora que valga para que nos demoremos en el ataque a los shinigamis. Esos sucios seres también se hacen fuertes con el paso del tiempo, y en estos momentos es cuando más cerca hemos estado de igualar su ejército. Somo superiores a ellos en habilidades, pero menores en número. Deberíamos barrerles cuanto antes.

A pesar del aumento de la fuerza espiritual era bastante notorio, Ellery no hizo nada siguió sacando comida de sus bolsillos, solamente sonrió con aspecto divertido cuando el espada 0 evitó que el otro espada llamado Shinji chocara contra los escombros "No vuelvas a tocar a mis espadas", esa frase inclinó la balanza sobre a quien debía más lealtad, sin contar por supuesto que era mucho más tentador recibir ordenes de alguien como ella, otro espada, solo que bastante más poderoso.

-Coincido con las palabras de Ni(nº2)-dono. Tanto en lo de que ha sido un reunión interesante y en que deberíamos organizarnos... Tengo tan solo una pregunta por hacerle. -Dijo la Espada mientras se llevaba a la boca algo parecido a un bombón, y ladeaba la cabeza hacia donde se encontraba Yami, para observarle mejor, aun sin moverse de la extraña posición en la que estaba sentada en la silla. -¿Cuales son las instrucciones a seguir Yami-sama?

Shinji escucha atento a todos los que alli se reunian.

Sip, sip estoy de acuerdo hay que deshacernos de ellos antes de que continuen incrementando sus fuerzas mas y mas. - Luego pega un pequeño bostezo - Vaya, lo siento es que hace mucho que no duermo bien, nose que sera...

Continua mirando al resto.

Yami miró a cada uno de los Espada y sonrió.

-Hasta nuevo aviso sois libres de hacer lo que deseeis. La Guardia de las Noches será la encargada de comenzar a abrir brecha. Hasta entonces, teneis plena libertad de movimiento. En cuanto al nuevo Señor de las Noches.

Dijo eso último con algo de deje, pero sin demasiado tono irónico como para comenzar una disputa.

-Podrás quedarte, despues de todo este Castillo lo construyeron los "tuyos".

Bien Yami-sama , Amo-sama (luego diga su nombre je) me retiro, si me necesitan manden algun arrancar o hollow. - Dice hace una pequeña reverencia a ambos - Compañeros Espada - Los mira - Me retiro.

Sale de un sonido

Observo a mi alrrededor.

-Esta bien... aunque tendré que hacer unas reformas.-a pesar de la ironía, dije la frase completamente serio.

Observé a Yami con seriedad.

-Esta bien, Yami, espero que no sea necesaria una disputa entre nosotros.

Finalmente, le di la espalda mientras seguía observando toda la sala.

-Por el momento, yo me encargaré de atar un par de cabos... por el momento.

Tras esas últimas palabras hice llamar a uno de los generales de la guardia de las noches.

Al escuchar a Yami sama... realise un sonido llegando a la entrada de la sala...
-Muy bien como ya se aclarado todo... Yami sama... Masuta sama.... con su permiso me retiro....-
Al concluir sali de la sala con el uso de otro sonido....

OFF: *Masuta: Amo, dueño, jefe, en japones XD

-Así sea pues. -Murmuró la ilusionista a la vez que hacia un extraño sonido al respirar parecido al ruido que hace un gato al ronronear, poniéndose en pie con lentitud, como si el hecho de tener que hacer solo aquel esfuerzo le consumiera todas las energías que tenía.

Al comenzar a andar metió las manos en los bolsillos de su uniforme de espada y para su desagrado notó que había vaciado incluso los bolsillos auxiliares de cualquier tipo de comida comestible, la Espada se encogió de hombros, para luego simplemente hacer simplemente una reverencia.
-Yami-sama, Señor de Las Noches, ha sido curioso conocerles. -Dijo simplemente mientras desaparecía con un sonido, sin duda en busca de algún lugar donde reabastecerse de comida.

Yami se sentó en una de las sillas cruzado de brazos, quería estar presente en la conversación que iba a tener el Señor de las Noches con el General. Pasaron unos minutos y unas pisadas comenzaron a oirse desde fuera, algo se acercaba; y por el resonar que hacían contra el suelo no era humano. El Espada alzó la vista extrañado, entonces las cortinas se separaron...
Una enorme cabeza de felino se asomó, parecía un león, pero en vez de pelo sobre su cabeza tenía una especie de coraza ósea. Cuando entró por completo se pudo ver al general subido sobre la bestia: Shizumaru, el domador. Llevaba en su cara su típica sonrisa mientras miraba curioso a los dos individuos que tenía ante él. El felino se paró a unos metros de la mesa, oteándo con sus ojos tanto a Yami como a Johan, sin embargo no emitió ningún gruñido como solía hacer, ya que la presencia espiritual de esos dos era enorme.
Shizumaru se inclinó un poco hacia delante.


-¿Me ha llamado Señor?

Yami sonrió irónicamente, parecía que la guardia de las Noches tenía bien claras sus funciones...y su lealtad. El general domador no le había mirado más que de pasada y al hacerlo el Espada pudo atisbar una mueca de desdén en su rostro. No era problema, mientras el objetivo fuera común no tenía ningún incoveniente.

Spoiler:

Hice un leve gesto de asentimiento con la cabeza.

-Agradezco que hayas venido tan rápido, general Shizumaru.

El general, gracias a su "mascota" daba un aspecto bastante bestial y tembile. Pero su poder espiritual, delataba su real bajo nivel espiritual.

-Verás, te voy a encomendar una misión de gran dificultad, pero para llevarla a cabo, vas a necesitar algo de ayuda...

Durante unos segundos estube en silencio, y tras recapacitar giré la cabeza hacia el espada 0.

-Quizá esto también te interese, es un bien común, y es probable que neceiste tu ayuda, siempre que estés dispuesto a dármela, claro está.

Volví a girarme hacia el general.

-Verás, a la hora de destruir a los Shinigamis, no podremos centrar nuestros ataques en el Seirtei, almenos de momento. Hay una ciudad, a la que ellos, extrañamente, prestan una atención suprema. Esa ciudad se encuentra en el estado de japón, y es llamada Karakura. Si centraramos varios ataques ahí, los shinigamis se verían obligados a enviar gran parte de sus fuerzas de asalto... Sin embargo, hay unos problemas, y dichos problemas son llamados los Vizards. Son seres, normalmente de gran poder, que protegen la ciudad conb sus vidas. Son escasos, pero poderosos y molestos. Por eso, la misión que te voy a encomendar, es la de lograr que se pasen a nuestro vando. Actualmente, los vizards odian a los shinigamis por su pasado entre ellos, y con un poco de presión y algo de picardía... podríamos traerlos a nuestro bando, logrando así, que Karakura esté expuesta a nuestros ataques.

Observé las reacciones de ambos sujetos.

-Esta misión es de máxima prioridad para nuestro futuro...

Yami sonrió ante la idea de una alianza con los Vizards. El Señor de las Noches no era tonto y por lo visto colaboraría en lo posible. Sin más dilación abrió una garganta por la que él y el Domador de Bestias entraron.